ACELGAS ADOBADAS
Lava las acelgas y picalas en trozos menudos tanto los tallos como las hojas.
En una cazuela con abundante agua hirviendo y sal cuece las acelgas hasta que estén tiernas. Escurre y reserva.
En una sartén con un chorro de aceite fríe un diente de ajo.
Cuando esté bien dorado, retiralo y aparta la sartén del fuego.
Con el aceite todavía caliente, echa 1 cucharada de pimentón y las acelgas bien escurridas.
Aparte, en un mortero machaca el ajo, dos granos de pimienta, miga de pan mojada en agua y un chorro de vinagre.
Una vez hecha la pasta, desazla en una taza con agua y viertela sobre las acelgas, mezclándolas bien.
Rectifica de sal y deja cocer unos minutos.
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